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13 junio 2009


Capítulo 15: Beauxbatons y Durmstrang

Zanky estaba enfadado, no quería que Sirius volviera cerca de Hogwarts, podrían atraparle, después de lo que sudó por liberarle, y apostaría que a Jermayoni le hacía menos gracia que a él, ya que se ensució su traje y tuvo que sacrificar a su muñeca de porcelana favorita para salvarle.

De modo que contestó a Sirius diciéndole que igual era solo un cosquilleo, que no le hiciera mucho caso, que se pasaba el día dopado a base de magdalenas y el azúcar a veces le pasaba malas pasadas. Total, no había vuelto a sentir nada en la cicatriz.

Su humor empeoró al bajar a desayunar, justo antes de la clase de defensa con OjoChungo. Habían cambiado el menú del desayuno. Ahora servían croasanes en lugar de magdalenas.

- ¿QUEEEE? ¿POR QUE?

- Porque dentro de poco vendrán las alumnas de Beauxbatons, y han hecho un menú más internacional - le respondió Tita - a las galas nos encantan los croasanes... lástima que esté a dieta.

Zanky estaba muy mosqueado, necesitaba hablar con la Susan para hacer un encargo especial de magdalenas, pero estaba reunida con Jermayoni, que intentaba buscar fondos para la OSEA, mientras la Susan la miraba de forma rara.

Finalmente acudieron a clase de Defensa. OjoChungo les explicó brevemente que irían a probar las maldiciones imperdonables en aquella clase.

- ¿¿¿¿QUÉEEEE???? O sea no, la mardisión der despine no po diooooo.

Jana, instintivamente, sacó de su bolso un bote de laca y se echó otra capa, por si acaso.

- No, vamos a comenzar con la maldición imperius. Vosotros, asquerosos piojos sin huesos ni gracia que no valeis la pena ni asesinar, os limitaréis a intentar bloquearla... bonitos.

- Ah bueno, ya me quedo má tranquila.

Uno a uno, el profesor Moody fue lanzando la maldición imperius a todos. Zanky veía como algunos bailaban extrañan danzas, otros lloraban como bebés o se comportaban como corderitos, bajo los efectos de la maldición. Jana quiso repetir tres veces, al parecer se estaba enviciando a la maldición Imperius.

Llegó el turno de Zanky, se colocó en medio de la clase y el profesor lanzó la maldición sobre él.

Al principio notó un agradable bienestar, veía todo como si fueran espejismos, parecía que flotara en el suelo, se sentía muy bien, como cuando probó aquella galleta envenenada que su primo Dudley le dio una vez y despertó a los tres días en un hospital.

De pronto, notó una voz detrás de él que le decía que saltara la mesa. Pero Zanky estaba tan bien ahí plantado que hizo caso omiso a la voz.

La voz volvió a pedirle que saltara la mesa, y él pensó para si:

- Nah, está muy alta, otro día si eso.

La voz, por tercera vez le volvió a repetir que saltara la mesa, pero Zanky la ignoró completamente. Sin embargo, su cuerpo reaccionó por él. Él se resistió, no le apetecía moverse, pero sus piernas se doblaron, intentando saltar. Sin embargo, solo consiguieron que Zanky se golpeara la cabeza contra la mesa.

Despertó de su extraño estado enseguida. El profesor Moody lo miraba, sorprendido.

- Aquí tenemos al primero de la clase que ha conseguido casi evitar la maldición a la primera, no como esa niña que lleva ya cuatro imperius... muy bien Zanky, vamos a repetirlo, intenta resistirte más.

- ¿Más? No sé yo si podré hacer más el perro...

- Che, che, che. La Susan es la siguiente ¿entiendes? que la Susan ha hecho cola como todo el mundo y ahora le toca a ella probar esa maldición ¿entiendes? así que Zanky se esperará para repetir... ¿verdad que si, Zanky? - dijo la Susan, amenazadoramente.

- Por supuesto, por supuesto...

OjoChungo lanzó la maldición sobre la Susan y ésta se quedó con cara embobada, una cara que hizo reir a toda la clase. De repente, la Susan comenzó a piar de forma muy aguda, como un polluelo desesperado por comer, y comenzó a mover los brazos como si fueran alitas. Toda la clase estalló en carcajadas y cuando la Susan volvió a la realidad se hizo de nuevo el silencio, tan de repente que parecía magia.

- Bien - la Susan chasqueó los dedos y un miembro de la mafia se le acercó - ¿Lo has grabado? ajam... bien... como vea que alguien se haya reido de mí ya puede despedirse de su cuello como que me llamo la Susan, ¿entiendes?

Cuando la Susan decía "como que me llamo la Susan" era que lo iba a cumplir de verdad, era como una promesa sagrada. Zanky cruzó los dedos para que no se le viera bien en el vídeo.

Zanky volvió a repetir la maldición, la verdad es que cada vez le costaba menos ignorar a la voz que le decía que saltase la mesa, simplemente se limitaba a ir a su bola, flotando y viendo todo en mil colorines. Finalmente, consiguió resistirse totalmente a la maldición y OjoChungo le puso buena nota. Jana repitió el ejercicio seis veces más, pero no logró avanzar...


Todos los profesores pedían trabajos y tareas a los alumnos, decían que tenian un nivel muy bajo, y que necesitan esforzarse más, ya que el año siguiente tendrían que examinarse de los TIMOS.

- Po a mí no me van a timá eso timaore, pienso etudiá to lo que pueda pa que no me den pato po liebre. Caaaaro, ahora la jana é la tonta ¿no? ya verei, ya verei cuando a vusotro o timen y a mi no, ¡já! Po sierto... ahora vuervo, que voy a cal OjoTuerto pa que me de una cuanta imperiu d'esa que me gustan tanto, xiquilla.

Bajaron por la tarde a clase de Cómo Mimar a las Criaturas Mágicas. Tita y Charlie les volvieron a poner deberes, en aquella ocasión debían hacer un anorak a cada anaconda mágica, que ya iban creciendo y habían cambiado la piel.

- Pobrecitas, ahora que llega el frío se quedan sin piel, ya sabéis, tomadles las medidas y hacedles un anorak calentito para el invierno, si teneis dudas sobre el punto de cruz preguntadme. Esto... Susan, Mami no ha cambiado la piel, así que... no sé... hazle un pijama chulo para las noches y ya está.

Dracon se levantó, con la mano en alto.

- Mi anaconda ha vuelto a desaparecer, profesora.

- Pues no sé por qué, niñito - contestó Tita, con sorna - solo te desaparecen a ti, no sé por qué será, y aparecen en forma de plaga en la sala común de Slytherin...


Unos días después, mientras todos comían en el Gran Comedor, Tita entró montando un escándalo, con un trozo de pergamino en la mano, y gritando a grito pelao:

-¡¡QUE YA LLEGAAAAN!! ¡¡Esta tarde llegan los otros dos colegios del Torneo de los Pringaos!! Ya vereis, el colegio se va a llenar de las galas de Beauxbatons... - Tita hablaba encantada - mi madre quiso que fuera a Beauxbatons, pero no me aceptaron por no ser suficiente dura... ains, ¡¡me muero de ganas porque lleguen!! voy a hacer muy buenas migas con su directora, seguro... ains... Y los caaachas de Durmstrang... ojalá lleguen sin camisetas, enseñando piernacas... oiiiii ¡¡¡menuda noche nos espera chicos!!!

Tita se alejó, escaleras arriba, haciendo el anuncio en cada aula.

- Tita se está tomando muy en serio esto de dar el bando del colegio... solo le falta la trompetita.

Del piso de arriba salió el sonido de una vocina que los dejó sordos unos minutos.

Esa misma tarde tenían clase de Lociones. El profesor Lucius les dijo que su clase duraría solo media hora, puesto que después tenía que irse a poner "más" guapo para la gala de la noche. Estuvieron durante la clase aplicándose mascarillas hidratantes, exfoliándose el cutis, enjabonándose el pelo, todo con tal de estar guapísimos para la noche.

- Ernie, Ernie, toma, unos cupones, esta noche te pones una bolsa en la cabeza y dices que eres minusválido facial, ea.

Al acabar la clase todos fueron a sus salas comunes a dejar las mochilas y vestirse adecuadamente para el recibimiento de los extranjeros. Los miembros de la mafia lucían unos trajes negros con escudos morados de la mafia en la corbata, y todos llevaban sus características gafas de sol y un pinganillo en la oreja. La Susan iba vestida con un moño y un traje negro con pantalones anchos y un chaleco oscuro. Zanky sospechó que era anti-balas.

Jana y Jermayoni subieron al baño de chicas y al cabo de la hora bajaron a la sala común, a Zanky le costó reconocerlas debajo de tanto maquillaje.

- Nos hemos tenido que poner cuatro cosillas, porque no teníamos más tiempo, o sea, espero que se fijen en mis pendientes de diamante macizo, porque pesan tanto que creo que esta noche acabaré con las orejas a la altura de los hombros.

- Y yo epero que se fijen en mi esparda, lo bien que m'ha quedao disimulá que s'ha roto el traje, pero no sé po qué, si é de mi talla.

- Era, Jana, o sea, era de tu talla, te estás poniendo foca, tía.

- ¡Pero eso é imposible! er erfo de la cosina me dijo que to en Jogua es lai y no engorda ni una xista, xiquilla... coroque va a sé er aire... urtimamente lo noto mu cargao...

Enrique se acercó a Jermayoni por detrás y le dio un susto, por instinto, Jermayoni zurró con el bolso a Enrique, que no trató de defenderse.

- Cucha cordera, no me provoques que hay mucha gente delante, jamía, que me estás dando en mi punto J - Enrique alzó su enorme ceja en una mirada que parecía insinuar algo, con una sonrisa picarona. Instantáneamente Jermayoni dejó de golpearlo con su bolso. Si se puso roja nadie lo supo, llevaba demasiado maquillaje.

Bajaron a los terrenos de Hogwarts. Allí los jefes de las casas pusieron en orden a sus alumnos, en filas. Lucius parecía ser el coordinador general, revisaba uno a uno los más de 500 alumnos, repeinándolos, dándole color con maquillaje, quitándoles el entrecejo con unas pinzas o poniendo bolsas en la cabeza de algunos.

- Yejeeeee, mi ceja ni tocarla ¿ein? que lo mío me ha costao repoblarla después del último incendio. No me sea licenciao.... no me sea licenciao.

Tita estaba nerviosa, en primera fila junto a Dumbledore, que vestía una túnica que más bien parecía un vestido de novia, de color rosa clarito y muchos volantes. Se había puesto lacitos rosas (y uno lila) en la barba, y tenía los ojos pintados, y color en las mejillas. Tita llevaba su traje de gala de gala, una armadura metálica reluciente, con unas pieles que colgaban por la espalda. En la cabeza, un casco con cuernos, y llevaba un hacha en la mano, reluciente y brillante, acompañando al plato que lucía en su cinto. Iba maquillada como para la guerra, con dos marcas de dedos en las mejillas, hechas con ceniza.

Jermayoni se subió un poco la falda, para lucir piernas, y Jana se estaba poniendo morada, intentaba aguantar la respiración.

- Ui, ¿cómo pué sé que no pueda dejá de repirá? uyuyuyuyuyuiiii, eto no é normá, no, no, no, tía, ¡¡¡que acabo de descubrí que soi adicta ar aire!!! lo que yo desía, está mu cargao y ar final m'he quedao endrogá ar aire.... ¿ande andará el pofe OjoTuerto? nesesito su terapia...

Estuvieron un largo rato esperando alguna novedad. Zanky se preguntaba cómo llegarían a Hogwarts si las puertas estaban cerradas. Cuando, de pronto, alguien levantó la mano hacia el cielo, señalando un destello dorado.

- ¡Mirad! ¡¡ahí viene algo!!

Poco a poco aquel resplandor se hizo más próximo, y los alumnos comenzaron a conjeturar.

- Parace un meteorito...

- No, yo diría que es una galleta gigante.

- Lo que yo os diga, un tanque volador, cómo se nota que son galas...

- No, xiquillo, eso é un OPNI,un vasillo volante d'eso donde vienen lo alien de vacasione... mi padre una vé vio uno cuando salio de la casa der licó de Graná...

Pero cuando se acercó lo suficiente todos pudieron ver un enorme carruaje dorado, parecía de oro con perlas incrustadas. Delante de la carroza, cuatro enormes caballos, también dorados y con mechas en las crines, volaban bajito hasta aterrizar en los terrenos del castillo.

Tita dio saltitos nerviosa, y Dumbledore se abrazó a Charlie, que estaba cerca de él, junto a los profesores, vestido con un traje que le había regalado él, de etiqueta, pero parecía que al pelirrojo le venía un tanto ajustado, apenas podría moverse sin romper la tela.

La puerta del enorme carruaje se abrió despacio y salió un hombre calvo, parecía un mayordomo. Al bajar, estiró unas escaleras doradas y abrió un paraguas. Una mujer pelirroja, vestida con una coraza de oro puro y algunas joyas engarzadas, con una capa blanca y fina de seda echada por encima y sujeta en la cabeza con una diadema plateada con zafiros, salió al exterior, bajo la sombra de su criado.

La mujer se adelantó unos pasos, perfectamente maquillada y con cara de aristócrata. Miró a Tita, mostrando un gesto de repulsión, y después dio dos besos en el aire para Dumbledore, que estaba encantado.

- ¡Bienvenida a Hogwarts, Madame Maxime!

- Encangtada de estar aquí, Dumbledoge. Las Chicas se estan retocangdo.

- Si, por supuesto -asintió Albus - de los caballos se encargará Tita, es una profesional y los cuidará como si fuesen de oro.

- De hecho, queguido Dumbledoge, SON de ogo, los tapizamos el año pasago.

La directora de Beauxbatons se giró hacia Tita.

- Los caballos solo beben whisky de malta pugo.

- Si hombre - protestó Tita - No bebo yo Coca-Cola porque no me llega el sueldo, voy a comprar whisky de malta puro para los caballos, ¡hombre ya! en todo caso sería pa la muá. A los caballos agüita del pozo, como la Fifí, que es muy sana... será pija...

Madame Maxime la miró mal, y Tita aún peor.

- Dumbledore - dijo Tita, sin apartar una amenazante mirada de la directora - ¿estás seguro que esta Jermayoni adulta es gala?

- ¡Por supuesto! ¿no te has fijado? si sois como dos gotas de agua... cada una con su estilo, pero idénticas.

Dumbledore se echó para atrás, intimidado y protegiéndose entre los brazos de Charlie, cuyo traje ya comenzaba a deshacerse, después de que las dos galas lo miraran como si les hubiese dicho el mayor insulto del mundo.

Pero la tensión duró bien poco. Del Gran Lago comenzaron a salir burbujas enormes, y los alumnos se giraron hacia allí, para ver mejor. Del agua comenzaba a emerger un enorme barco, con las velas empapadas, pero algo tiró de él de nuevo hacia el fondo del agua.

- ¡Tita! -advirtió Dumbledore - ¡Dile algo al calamar! ¡está atrapando al barco de Durmstrang!

- Si son tan pijos como la pija esta, paso.

- No, no, son cachas, y tan cachas...

La babilla de Dumbledore terminó de convencer a Tita, que salió disparada hacia la orilla del lago, gritando "¡Código lila, código lila!". Fifí salió disparada de la cabaña de Tita, empujando un pequeño bote donde Tita se subió y comenzó a remar hacia el centro del lago, una vez allí estiró una mano hacia el agua y comenzó a tirar del mástil del barco, gritando:

- CHUUUUUUUUUUSAAAAAAAAAAAAAA, suelta a los cachas, calamar, ¡¡¡¡¡CHUUUUUUSAAAAAA!!!!!

El calamar no cedió, y siguió tirando del barco.

- Oiiii, que no me hace caso el cabezón con patas este. Mira, calamar, hagamos un trato, yo te doy de comer alumnas de Beauxbatons durante el curso y tú me das ahora los cachas que hay en el barco, ¿trato hecho? ajam... ajam... bueno, eso va a ser más dificil, si el exceso de maquillaje te sienta mal despelléjalas antes... No hombre, que si lo hago yo se darán cuenta...

Tita estuvo un rato negociando con el calamar, pero Tita cada vez perdía más paciencia, hasta que se hartó y sacó el plato.

- O sueltas el barco ya o el menú de esta noche será calamares en su tinta.

De pronto, el barco salió de golpe, llevandose por los aires el pequeño bote de Tita. Ella cayó en la cubierta, inundada de agua, cuando la puerta se abrió ante ella. El director de Durmstrang era un hombre alto, muy musculoso y vestía un chaleco sin mangas y unos pantalones negros hasta las rodillas. Tenía el pelo negro mojado, y llevaba un cubo de madera mientras gritaba:

- ¡Arriba todos! hay que achicar el agua, que después nos quejamos de humedades.

Los alumnos de Durmstrang eran parecidos al profesor, todos muy cachas y vistiendo el mismo traje sin mangas. tardaron un poco en terminar de secar la superficie del barco mientras Tita contemplaba la escena, encantada.

-¡Esto si son alumnos de magia en toda regla! Bienvenidos a Hogwarts, soy Tita Hagrid, mua mua - Tita se agarró por todo el cuerpo para dar los dos besos al director de Durmstrang - disponible para lo que quieras, guapo.

- Encantado de poder contemplar por fin la belleza nacional. Yo soy Kaskao, Webo Kaskao.

Tita fue a decirle que en realidad ella era gala, pero después de ver a Madame Maxime prefirió callar y hacerse la inglesa. Su nombre le pareció ridículo, pero sus músculos lo eclipsaban.

- Bonitos músculos, digo... nombre, bonito mus... bre, nombre, quiero decir... que el músculo del nombre del brazo... del tuyo es muy bonito.... Vamos hijo, ¡que estás muy rico! de toma pan y moja... no sé si me entiendes... es que es una expresión muy británica... no sé si me explico, ¿¿¿du yu anderestan???

Webo Kaskao se sonrojó un poco, tocándose el cuello con la mano derecha, mientras con la otra sujetaba el cubo y con la tercera se tocaba el abdomen, examinando su tableta de chocolate, pero algo le extrañó, él no tenía tres manos.

- Ui, perdona, es que claro, yo, como soy muy inglesa, quería ver si este pedazo tableta acompaña bien a mi té o no, pero mira, si, si, cualquier día te vienes a merendar a mi cabaña, es esa de ahí... no, esa de oro no, la otra - Tita se fijó en que Webo miraba a Madame Maxime - Oiiii, esa es una bruja, no porque sepa hacer magia, sino porque es bruja, pero bruja bruja. Fíjate, es gala, un asco, allí toman café con queso, no como aquí, que se toma té con chocolate...

- Qué calor hace! - dijo Webo - Creo que me voy a quitar el chaleco.

- Si, si, anda, te ayudo.

Webo Kaskao se quitó el chaleco, quedando con el pecho musculoso al aire. Sus alumnos lo imitaron mientras bajaban del barco, pero Tita se quedó quieta en el sitio, con la boca abierta, mirando fijamente a Webo, que estaba de espaldas saludando en tierra firme a un cariñoso Dumbledore y a una tocona Madame Maxime.

- ¡¡Dumbledoree!! - saludó Webo, con un fuerte abrazo que casi aplasta a Albus, que comenzó a ponerse morado mientras recorría con sus dedos todos los músculos de su espalda y sus brazos - ¡Cuánto tiempo! no nos vemos desde aquella vez en que misteriosamente una salamandra de fuego quemó mi ropa después de que me hicieras aquel masaje.

- Ui, si, cada noche tengo pesadillas con esa salamandra - mintió Dumbledore - Ui, perdona por las manchas de carmín en el cuello...

- ¡¡Webo!! - saludó Madame Maxime - me aleggo mucho de conocegte, mua mua... mua mua... mua mua.

"iiiiiiiiiiiiiiiish"

- ¿Qué ha sigo eso?

Un resplandor metálizo pasó muy cerca de la cabeza de Madame Maxime, separándola al instante de Webo.

- Oi, perdona guapa, es que se me ha escapado el plato...

- No pasa naga... quegiiiida.

Ese "querida" sonó cargado de sarcasmo, tanto, que hasta Tita lo notó.

En ese momento las alumnas de Beauxbatons comenzaron a salir de su carruaje dorado, cada una con un mayordomo que llevaba los respectivos bolsos-maletas. Eran alumnas extrañas, sus caras parecían hechas de plastilina y pintadas con plastidecor, a Zanky le recordó a las muñecas Barby. Todas tenían la misma expresión, con una sonrisa que parecía hecha de fábrica. Una de ellas parpadeó y un bulto apareció en su frente, su mayordomo se dió cuenta y son un guante volvió a meter el bulto de silicona en su sitio. Zanky se pensó que hasta el cerebro era de plástico.

Las alumnas de Beauxbatons cayeron bien entre los chicos de Durmstrang y Hogwarts. Pero la Susan torció el gesto, mirando al Corleone, su novio, con la mirada fija en una alumna rubia de bote y con tanto retoque que incluso parecía que necesitarían espátulas para quitárselo antes de dormir.

Las alumnas recién llegadas y su directora entraron al interior del castillo, en perfecta formación, estirando primero la pierna derecha y después la izquierda, con las minifaldas rosas.

Después entraron haciendo el mismo recorrido los alumnos descamisados y cachas de Durmstrang, junto a su director y a Dumbledore, que se le había subido a caballito. Los rumores se hacían más sonoros, Viktor Krum, el buscador más famoso del mundo, estaba entre los alumnos de Durmstrang.

Ron parpadeó mucho y no pudo ver que se había detenido frente a ellos, y miraba a Jermayoni. Jermayoni también lo miraba, con una sonrisa provocadora, pero algo apareció entre medias de ellos. Jermayoni tenía frente a sí a algo que parecían dos pechos caídos llenos de pelo, con michelines por todas partes. Era Enrique Alfarero, que se había quitado su chaleco de pastor para impresionar a Jermayoni, pero ésta pegó un grito.

- ¡Que alguien me saque los ojos! o sea, ¡QUE ALGUIEN ME SAQUE LOS OJOS!

- ¡¡Ya va!! ¡¡Ya va!! - de lejos llegaba Tita con unas tenazas, deseando socorrer a su amiga Jermayoni.

- Cucha, que la he impresionado. Si es que en mi pueblo tenemos un sesapil...

Cuando Jermayoni consiguió calmarse, después de que Lucius impidiera a Tita sacar los ojos de Jermayoni, todos entraron al castillo.

- ¿O habéi fijao? Er Cum s'ha fijao en mi.

- Sigue soñando, Jana, o sea, me miraba a mí.

- Que no tía, que me miraba a mí... Sanky, ¿no etás selosín?

Zanky no estaba celoso, ni tampoco impresionado. Después del muermazo de presentación de las dos escuelas ya solo quería cenar algo e irse a dormir, ya podían haber repartido galletas de chocolate, o pestiños, o algo...

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