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06 abril 2009

Capítulo 11: En el Expreso de Hogwarts

 Molly los despertó muy temprano, era el día de volver a clase y debían estar en King's Cross a las 11 en punto para coger el expreso a Hogwarts. Eran las seis de la mañana y el sonido de las cacerolas chocando les despertó a todos.

- ¡¡ARRIBAAAA!! TODOS ABAJO A DESAYUNAR EN CINCO MINUTOOOOOS.

Fue pasando por cada dormitorio quitando las sábanas a todos mientras se levantaban con mucha pereza.

Zanky estuvo listo antes que Ron y bajó corriendo a la cocina, donde Molly estaba terminando de hornear la pata de cordero del desayuno.

- Menos mal que os vais ya, que estoy empezando a engordar con tanta comida...

- Pero está riquísima. Por cierto, no sabía que el Coco se había ido de la casa, no lo he oído en estos días.

- No, si el Coco sigue en el desván, pero fue llegar tú y encerrarse bajo llave en el armario de la ropa vieja... ¡¡TODOS BAJANDO YAAAAA!! Ron, Charlie, Arthur, Fred, George, Luna, Jermayoni y la acoplá. 

De la chimenea salió de pronto una llamarada. Molly fue corriendo al lugar.

- Ui, Amos, un segundín, ahora baja Arthur. ¡¡ARTHUUUUUUUR!! ¡¡AMOS EN LA CHIMENEAAAAAAA!!

- Ya bajo, ya bajo...

Zanky se acercó al fuego de la chimenea, en él había una cara conocida, la del señor Diggory, algo parecido al chivato de Bill pero en grande. El señor Weasley bajó a medio vestir, y Molly le detuvo.

- Por Merlín, Arthur, ponte la camisa bien - comenzó a meterle la camisa por dentro de los pantalones y le puso bien el cuello - ea, corre, que te llama Amos.

Enrique Alfarero entró en la cocina por la puerta del jardín, siempre madrugaba para  ordeñar a las vacas y despertar al gallo para que cantara al salir el sol. Poco a poco fueron bajando todos y comenzaron a devorar el desayuno. Como siempre, Jermayoni y Jana tardaron más de la cuenta en bajar. Mientras, Zanky oía la conversación de Diggory con el señor Weasley.

- Pues resulta que el Ojochungo se pensaba que alguien lo espiaba y la tomó con un contenedor de basura muggle. Total, que el contenedor está hecho polvo, y algunos muggles vieron cómo el contenedor volaba solo mientras se estrellaba una y otra vez con el suelo. Ahora, el vagabundo que dormía ahí durmió calentito en el hospital... a ver si puedes encargarte tú, ve a ver a Ojochungo en cuanto puedas para tapar el asunto, antes de que El Profeta se entere, ha sido un hecho leve, no creo haya problemas.

- Entendido, pues voy para allá ahora mismo. Hasta luego.

Arthur se giró mientras la chimenea se apagaba.

- He de irme, no tengo tiempo de desayunar. Que tengáis un buen viaje chicos. Un besito Molly.

Molly le dio un besito y le puso medio pollo asado en la boca.

- Ea, cómetelo,  pero no me gusta que desayunes tan flojito... como sigas así un día de estos te quedas sin fuerzas Arthur, y ya sabes que necesito a alguien cachas en casa ahora que Charlie se va a Hogwarts, para traer la leña y las bolsas de la compra, que mis manos valen oro, tengo que cuidarlas para coser...

A las 7 en punto ya estaban todos listos con sus equipajes en la puerta de la Tejonera, salvo Jana y Jermayoni.

- ¿BAJAIS O QUÉ?

- Si, si, ya solo quedan dos cosillas.

- Pero por Merlín, ¡si hicisteis el equipaje ayer por la noche y habéis dormido maquilladas! ¿qué os falta ahora?

- Nah, los tratamientos nocturnos.

- La madre que las...

Diez minutos después bajaron Jana y Jermayoni con dos maletas cada una.

- Señora Weasley, o sea, hemos envalado las otras maletas, cuando pueda mándelas por loro a Hogwarts.

- ¿Por loro? conociéndoos será mejor que alquile una pareja de dragones...

Fueron caminando hasta el pueblo más cercano. No sin los inconvenientes de un viaje por el campo.

- Joline tía, que m'he puesto un calsao adecuao pal campo, pos na, que lo tacone se me siguen clavando en la tierra...

- Tía, ya te dije que te pusieras algo plano y con suela gorda.

- Ya Jerma, pero ej que yo no sé caminá con tacone de meno de sinco sentímetro.

En el pueblo les esperaban tres taxis, pero al verlos uno de ellos arrancó y se fue por la carretera a toda pastilla. En los otros dos entraron todos, con sus equipajes incluidos.

- ¿O sea, en cual me siento yo?

- Yo te he hecho un hueco aquí entre mi bastón y yo, ¡jamona!

- No, deja Enrique, ya encontraré otro sitio... 

Finalmente optaron por poner una silla atada en el techo de uno de los taxis y allí se sentó Jana, que era la que más laca tenía y se aseguraba que no llegara despeinada.

- Cuidao con esa rama señó tasita, ¡SEÑÓ TASITA, LA RAMAAAAA!

¡Plaf!

- Un momentito, que se nos ha caído algo del equipaje.

(...)

Llegaron a la estación apenas cinco minutos antes de que partiera el expreso a Hogwarts. Zanky corrió junto a Ron en busca de un compartimento vacío mientras dejaban atrás a Charlie lanzando una a una todas las maletas en el vagón del equipaje. Jana y Jermayoni iban detrás, tropezando con sus tacones, y los gemelos habían desaparecido entre los miembros de la mafia. Enrique, por su parte, se había ido por su cuenta en busca de otro compartimento y Molly llevaba a Luna de la mano hasta la puerta para subir al tren.

- ¿No me falta nadie? ¿No me falta nadie?... ¡Ah! Jana, bonita, toma - la señora Weasley tendió a Jana una lista - es la factura, para que se la pases a tus padres, que nadie te ha invitado a estar con nosotros este verano.

- Po que no soy marpensá sino...

- Niña... aprende a ser mal pensada, es un consejo. Adiós a todos. ¿Y mi Ron? ¿Dónde está mi Ron que no lo veo?

Ron se asomó por una ventana.

- Aquí mami.

- Recuerda darle a Zanky un besito de buenas noches todos los días, y muy importante: el rosa combina con todo. ¡Que tengáis un buen curso! adiós, adióoos.

El tren comenzó a traquetear. Zanky, Ron, Jermayoni, Jana y Enrique habían coincidido en el compartimento. Enrique lanzaba miraditas a Jermayoni, que estaba justo en frente. Pero antes de que abandonaran la estación algo detuvo el tren de pronto, haciendo que Jermayoni saliera lanzada en brazos de Enrique.

- Si ya lo decía mi tía Pascuala, que tengo un sesapil que ni el carnicero en plena matanza. Hola cachorrilla, contente  moza, contente, que hay mucha gente delante.

Zanky miró por la ventanilla y vio la causa del parón. Tita estaba frente al tren, echando la bronca al maquinista a grito pelao.

- ¿Que no has visto que te hacía señas o qué? ¿Qué pasa? ¿Que ahora resulta que soy invisible? Qué guantá tienes hijo mío... porque te necesito para llegar al castillo, sino ya no tendrías brazos...

Tita subió en el tren y notó que allá por donde pasaba se hacía el silencio.

- Qué raro, con lo escandalosos que son estos niños...

Desde sus compartimentos todos la miraban con cara de susto, y Tita no sabía exactamente cómo sentirse.

- ¡Qué majos!  

Llegó al compartimento donde estaban Zanky y sus amigos y se sentó junto a Ron.

- ¡Holaaa! ¿Habéis desayunado? - Tita comenzó a sacar unas galletas de su bandolera cuando Jana se adelantó y sacó una bolsa de pestiños. Enseguida Zanky pidió los pestiños a Jana, haciendo caso omiso a las galletas de Tita. A ella se le hinchó la cara y apretó los labios, mirando de mala manera a Jana.

- ¿Están buenos esos pestiños, Zanky?

- Si, si...

- Ya veo... ¿y dices que los haces tú? ¿Ja-na?

- Si, lo hago yo solita, é una reseta familiá urtrasecreta que nadie má conose, xiquilla.

- Y si te torturo me darías la receta?

- No.

- ¿Y si quemo tu ropa?

Jana se lo pensó, horrorizada.

- No.

- Cachis, a la porra mi plan secreto.

Zanky se levantó para ir al baño. Caminó entre los compartimentos, pasó frente a uno en el que había un chico rubio con ropas doradas, rodeado de manjares y con otros alumnos dándole masajes y abanicándole a cambio de pequeños montoncitos de galeones. Más adelante estaban los compartimentos de la mafia. Dos alumnos de último curso le cortaron el paso.

- ¿Contraseña?

- Tengo pis, necesito ir al baño.

- Contraseña incorrecta.

- SUSAAAAN

Alguien tras los seguratas dio un chasquido y ellos se apartaron. La Susan se acercó a Zanky con una media sonrisa.

- Zanky es un cliente VIP de la mafia y un aliado contra el Monstruo de las Galletas, desde ahora tiene acceso a las zonas B tanto del expreso como del castillo. ¿Entendido? 

Los dos seguratas asintieron y dejaron pasar a Zanky.

- ¿Has visto a ese ricachón del compartimento 27? Tenemos a un espia de la mafia infiltrado para sacarle información ¿entiendes? sospechamos que es un rico heredero. - La Susan dio otro chasquido y un miembro de la mafia ofreció a Zanky un batido de chocolate.

- Gracias.

- Este es el baño - La Susan abrió una puerta - cuando acabes tira de la cadena ¿entiendes?, yo vuelvo a mi vagón, que estamos cerrando algunos acuerdos de resultados de exámenes con algunos profesores... 

Zanky no tardó mucho, cuando salió vio al profesor Flitwick con una mejilla morada saliendo de allí a toda prisa. 

Salió de la zona restringida de la mafia y se fijó, de nuevo, en el compartimento del rubio. Localizó al espía de la mafia, posiblemente fuera el chico bajito que le estaba haciendo el masaje, pues llevaba unas gafas oscuras que desentonaban con el chandal.

Unos gritos salieron del vagón de Zanky, y corrió para ver lo que pasaba. Allí estaba Tita, cogiendo a Jana del cuello contra la pared. 

- Dime la receta de los pestiños antes de que vuelva Zanky o...

- ¿Quedan más pestiños? 

Al oir a Zanky, Tita soltó a Jana y la abrazó de lejos.

- Ai pero cuánto quiero yo a Jana madreeee, ¿a que tú también me quieres a mí? ¿eh?

Jana tosió, tocándose el cuello con las manos.

- Si, si, muxísmo, muxísmo... - de pronto le brillaron los ojos - pero Sanky quiere má a lo pestiño, ¿verdá que si, Sankita?

Tita sonreía, pero podía oirse perfectamente cómo le rozaban los dientes por los temblores de ira asesina que le estaban entrando.

A medio día el tren se detuvo en una estación de servicio ferroviaria, por lo visto, desde que la señora del carrito tuvo aquel accidente el año pasado con la maquinaria del tren, se veían obligados a parar para comer.

En la estación de servicio había una hamburguesería. Jermayoni fue al baño y encargó a Jana que se encargara de su pedido. Tita había desaparecido, pero Zanky, Enrique y Ron ya estaban comiendose sus hamburguesas mientras Jana pedía.. 

- Bueno día, quería do hamburguesa lai.

- ¿MacWinky, MacCaly o MacHippi?

- Ermmm... pos una Maly d'esa y la otra Mapipi, mimo.

- ¿La MacCaly con MacFirgy, con MacPringui o con MacWolpy, y la MacHippi con MacFrengu, MacCrety o MacHitten?

- A vé, que m'he perdío un poco, ¿no eran do hamburguesa lai?

- Si, ha pedido una MacCaly y una MacPringui, ahora tiene que decirme: ¿La MacCaly con MacFirgy, con MacPringui o con MacWolpy, y la MacHippi con MacFrengu, MacCrety o MacHitten?

- Y la Jerma en er bate... pos no sé... una Pringui d'esa y otra con er Jitle.

- Si quiere la MacPringui puede elegir entre una salsa MacZipple u otra MacGigant.

- Po yo que sé... y la Jerma en er bate...

Al cabo del rato Jana se sentó junto al resto, llevaba dos vasos de agua.

- Ende luego, eto restaurante de comida rápida son pa superdotao, poque ya me diréi, solo he sio capás de pedir un poco d'agua... y la Jerma en er bate.

Después de comer todos se fueron corriendo al tren cuando sonaron los avisos del maquinista. En el compartimento ya los esperaba Tita, que estaba terminando su ensalada.

- No te hemos visto en el burguer, Tita.

- Si, es que como estoy a dieta y en esos sitios no ponen nada hecho de verde pues... he preferido comerme los tres kilos de ensalada que tenía preparados... pero sigo con hambre. ¿No tendréis por ahí un chuletón hecho de verde o un jamón de verde?

- Jamía, de verde no sé yo, ahora, de cochino manchego están de vicio, yo siempre llevo un jamón debajo la boina.

Después de la comida todos se quedaron durmiendo en el tren, hasta que el grito de Jana les despertó de golpe.

- ¡¡LA JERMA!! ¡¡¡¡AI QUE SE NOS HA QUEDAO EN ER BATE!!!!

- Vaya por dios - Tita intentó ocultar una sonrisilla mal disimulada - se ve que este año no podrá estar en Hogwarts... qué pena más grande.

- ¡¡¡Pero tenemo que hasé argo!!!

- Si, quedarnos con la boquita cerrada, monina.

Al llegar a la estación a Jana le faltó tiempo para avisar a Charlie de la ausencia de Jermayoni. Charlie fue corriendo a hablar con el maquinista, aun bajo los gritos de Tita.

- Si no pasa ná Charlie, todos los años pierdo algún alumno y aquí sigo, sin una queja de parte de los padres. - Tita se giró hacia la silenciosa multitud que la miraba - Venga, los de primero, coged los paraguas que está lloviendo, vamos a los botes, espero que los apaños que hice a los botes más viejos funcionen, me pasé horas moldeando la plastelina para tapar los agujeros que hizo el dichoso calamar el año pasado. Ahora, solo perdí cuatro alumnos. Ui, perdona bonita, he quemado sin querer tu preciosa melena. FUEGOOOO ffffffff.

Tita salió corriendo en dirección al lago, con la niña-antorcha en brazos y seguida por todos los nuevos alumnos.

Zanky fue en dirección contraria, con Ron, Enrique y Jana. Se sentaron en uno de los carruajes que funcionaban solos y que los dejarían en las puertas del castillo. Un rubito subió enseguida. Dio un saquito de galeones a Ron por arrodillarse para facilitarle subir al carruaje y después dio otro saquito a Jana para que cantara algo, pero en cuanto comenzó a entonar el "No cambié" se lo quitó. A Zanky le dio un saquito de galeones a cambio de los pestiños, pero lo rechazó.

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