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25 julio 2012



           Capítulo 30: El Cotillero







Todos se quedaron mirando a Zanky. El primer ministro tenía cara de aburrido, Ojochungo lo miraba fijamente con su ojo bueno. Tita, en cambio, intentaba ocultar su alegría al verle.

- No importa, pasa Zanky, pasa, la reunión ya ha terminado.

- Menos mal –comentó Tita- que hoy he preparado cochinillo para cenar con mi Magimix y...

- ¿Cochinillo? ¿Magimix? ¡¡A cenaaar!!

Ojochungo, el primer ministro y Dumbledore salieron corriendo del despacho, y Tita tras ellos con los puños en alto:

- ¡¡GORRONEEEEEEES!!

Zanky se quedó sólo en el despacho perfumado de Dumbledore.

- Pos nada... ¡como para tener una urgencia!

Paseó su mirada por la estancia, ya había estado allí antes. Las paredes de color rosita, estanterías con frascos de perfume y corazoncitos de azúcar. Zanky se llevó uno a la boca, estaban tan dulces que se echó para atrás, sentado en el sillón (rosa) del director. Se apoyó en un armario y éste se abrió. Zanky se fijó en un extraño cuenco con líquido amarillento.

- Puaj, un orinal, qué cochino es Dumbledore, podría vaciarlo...

Pero se fijó en que algo dentro del líquido se movía... parecían imágenes. Zanky se levantó y se acercó a aquel extraño orinal, acercó la cara al líquido, para ver mejor las imágenes y de pronto se dio cuenta de que estaba cayendo y cayendo en mitad de la oscuridad en algo que parecía un pozo sin fondo.

De pronto ya no estaba cayendo, un montón se sombras cobraban forma a su alrededor. En unos segundos se encontraba sentado en un tribunal, parecía un juicio. Había mucha gente entre grises, personas detenidas, jueces y miembros del Ministerio, incluso había gente de la prensa, Danta Skeeter, con el mismo vestido ajustado de siempre, estaba sentada en un rincón con su pluma a vuela pluma, parecía más joven.

- Virgen Santa... estos corazones de azúcar de Dumbledore no sé qué llevarán, pero me están haciendo flipar que no veas...

Zanky fue atravesado como si fuera un fantasma por un hombre extraño. Iba vestido con una túnica fucsia y amarilla, con multitud de dibujos en rojo. Llevaba también una boa de plumas rosas en su cuello, un sombrero de mago con purpurina, las uñas pintadas de rosa, plataformas rojas brillantes de 30 centímetros y multitud de bisutería. Era Albus Dumbledore travestido... incluso llevaba pestañas postizas y los labios rojos e hinchados.

- Señor director, ¿qué pasa aquí?

Pero Dumbledore no le escuchaba, estaba prestando atención a lo que sucedía en el juicio, que estaba a punto de comenzar.

- Que entren los acusados – ordenó el juez, que no era otro que el señor Crouch, pero con el bigote más corto y joven.

- ¡Señor Crouch! Menos mal que está bien, lo están buscando en Hogwarts y...

Pero nadie prestaba atención a Zanky.

Por una puerta comenzaron a entrar magos y brujas dentro de jaulas enormes. Una de las presas no paraba de chillar histérica.

- ¡¡SANGRES COCHINAAAAAS!! ¡¡SOLTADNOS O LO PAGAREIS CARO!! ¡¡AAAHHHH!!

- Primer acusado –dijo Crouch- el canguro Rambo, mascota de Webo Kaskao.

Uno de los grises acercó la jaula con Rambo dentro, era mucho más pequeño que como lo recordaba Zanky, incluso parecía mono.

- Canguro Rambo –dijo Crouch- Está acusado por pertenecer a los mortífagos y perpetuar varios crímenes en nombre de quien-da-yuyu-nombrarlo, ¿cómo se declara?

El canguro dijo algo en la lengua de los canguros, nadie lo entendió.

- Se me olvidaba... –comentó Crouch, quitándose las gafas- que entre la traductora... ains... lo que nos espera –dijo por lo bajini.

Las puertas se abrieron de nuevo y entró Tita Hagrid, vestida con una coraza metálica, algunas pieles y una mancha negra en casa mejilla, por debajo de los ojos, al pasar por al lado de Webo Kaskao no pudo evitar lanzar un piropo:

- Quién fuera Profeta pa tocar ese culazo, ¡¡¡guapo!!!

- ¡Orden, Tita! –dijo Crouch, dando un martillazo en la mesa mientras Danta Skeeter anotaba con su pluma – esto es un juicio serio.

- Que sí, que vengo de luto y todo, ¡qué tragedia... qué tragedia...!

- ¡Tita! –gritó Zanky- ¿qué está pasando? ¿Dónde estamos? – Pero Tita hacía como si Zanky no estuviera allí.

Tita se sentó en una silla junto al tribunal.

- ¿Qué tengo que hacer? – preguntó

- Traducir lo que dice el canguro, ya te lo hemos dicho antes.

- Sí, sí, todo lo que haga falta para vengar la muerte de Lila y Jaimito, ai que desgraciaaaaaa. 100 galeones me habíais prometido ¿eh? Que seré gala, pero no olvidadiza.

Crouch volvió a formular la pregunta al canguro y éste respondió. Todos miraron a Tita, esperando que tradujera.

- ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué me miráis todos?

- ¡Traduce al canguro! –dijo Crouch, cabreado.

- ¿Qué no lo habéis oído? Si lo ha dicho muy claro, dice que está dispuesto a facilitaros nombres de mortífagos si así evita ir a Azkaban... Pobrecito, con lo mal que se come allí.... animalico...

- TRAIDOOOOOR –gritó la presa histérica- OS VOY A MATAR A TODOOOOOS.

- Calla Bellatrix!! –gritó Tita- que te tengo unas ganas después de lo que le hiciste a los McMillan...

- NO ME CALLOOOOOOO.

Plassss.

Un objeto que parecía una grapadora se estrelló contra la jaula de bellatrix, había sido Tita, pero disimulaba mirando para atrás.

- Un poquito de por favor, que estamos en un juicio serio, no tiréis cosas que podéis darle a cualquiera, que no tenéis la puntería de una gala...

El juicio continuó, Rambo parecía dispuesto a hablar y Crouch, después de consultar con los miembros del tribunal, estaba dispuesto a ofrecerle la libertad a cambio de esos nombres de mortífagos.

- Está bien, dinos nombres.

Rambo comenzó a hablar, y la gente volvió a mirar a Tita.

- Luego soy yo la sorda... Rambito, habla más fuerte que no te oyen estos viejos... a ver abueletes, que dice el canguro que Juan el rompepiernas era un infiltrado en el Ministerio que pasaba información al que os da-yuyu-nombrarlo.

- ¿Juan el rompepiernas? –Crouch revisó algunos documentos de su mesa- fue abatido la semana pasada por nuestras fuerzas de seguridad.

- CHEEEEEE –protestó Tita- de eso nada, me lo cargué yo porque intentó robarme la bandolera en la tienda de Magimixes del Callejón Diagonal, no os pongáis medallitas.

- Bueno, pero que está fiambre, no nos vale, ¡otro!

Rambo titubeó un par de veces y continuó delatando gente.

- Ahora ha dicho que también estaba Ambrosio el partecaras, aniquiló a los secuestrados por el que os da-yuyu-nombrarlo.

- Ese lo atrapamos ayer –comentó un hombre que estaba sentado junto a Dumbledore, era Ojochungo, pero mucho más joven, con sus dos piernas, dos brazos y todo. Dumbledore no paraba de mirarlo.

Tita bostezaba mientras Rambo seguía hablando.

- Sordos... ahora dice que Lucius Malfoy también era un espía... sabía yo que no era trigo limpio...

Dumbledore se puso en pie con dificultad sobre sus plataformas y levantó la voz para hacerse oír.

- El señor Malfoy trabajó de espía, sí, pero para mí, estoy al corriente de sus actos, es inocente y muy mono.

- Bien –dijo Crouch- Tita... ¡TITA!

- Luego lo mezclas con la harina y la clara de huevo y te sale riquísimo, pruébalo en Azkaban... por cierto, ¿y qué tal la familia? – Tita seguía hablando con el canguro- ¿Tres ya? Qué machote...

- ¡TITA, ORDEN!

- Que síii, va, plasta... dice que hay otro... que puede crear un escándalo.

Danta Sketeer se levantó de su asiento, ansiosa por conocer más datos.

- ¡Tú! Lagartona, a ver qué publicas en El Profeta, que no me entere yo...

- ¡Publicaré lo que quiera! ¡Libertad de expresión! –protestó Danta, y trató de evitar una goma, pero le dio de lleno en la frente- ¡Te he visto!

- Oye por favor –disimuló Tita girándose hacia atrás- un poco de respeto, que esto es un juicio serio, dejad de tirar cosas, que alguien puede salir herido, hombre... desde luego...

- ¡Tita! –protestó Crouch, perdiendo la paciencia- haz el favor, ¿de quién está hablando Rambo?

- Pues... dice que es un tal Crouch... ¿de qué me suena?

Todos los presentes miraban al juez, que no daba crédito a lo que oía.

- Ah no, no, Crouch hijo, eso, se ve que ese hombre tiene un hijo, pues el hombre no, el hijo, ese. Según Rambi torturó y participó en varios atentados, entre ellos el de los McMillan. Bueno... ¿y cómo ves tú al melenas? ¿Crees que volverá o se ha ido ya para siempre, Rambi?

Un hombre con cara de loco se levantó de un asiento. Todos lo miraban a él, al hijo del juez, el señor Crouch.


- ¡Guardas, detenedle! –gritó el señor Crouch, muy profesional él contra su propio hijo.


- ¡Ah pues! ¡¡Está buenorro!! ¡¡Todos los malotes están buenorros!! –decía Tita.

- ¡NOOOO! ¡¡SANGRES COCHINAAAAS!! ¡MORIRÉIS TOD... AU! –una silla acababa de hacerse trizas, alguien la había estampado contra su jaula aprovechando que todos estaban fijos en el hijo de Crouch -¡TE HE VISTO!

- ¿A mí? Imposible –dijo Tita- han sido los de ahí atrás, que me he fijado yo...

Zanky, desde su sitio, vio como se llevaban al hijo del señor Crouch detenido, y oyó a Ojochungo preguntando a Dumbledore:

- ¿Cómo es que Tita tiene el don de hablar y entender a los animales?

- Las galas tienen esos dones, algunas hablan con animales, otras con las plantas, piedras, armas... son una tribu curiosa...

- Pero parece que ella no se da cuenta –añadió Ojochungo.

- Ya se lo he tratado de explicar más de una vez, pero ella no lo entiende, para ella los animales hablan como la gente, piensa que ya chocheo...

Zanky entendió entonces... Tita no estaba loca, ciertamente hablaba con Fifí.

De pronto, todo comenzó a dar vueltas, el juicio se volvía humo y él se sentía como en un remolino. Al abrir los ojos de nuevo se encontraba en el despacho de Dumbledore, y él lo miraba preocupado.

- ¡Por Merlín! Zanky, ¿qué has visto? ¿QUÉ HAS VISTOOO? Oy qué bochorno...qué bochorno... me caigo muerto de la vergüenza, ¿qué has visto? –Dumbledore estaba tan nervioso que sus gafas se le torcieron.

- El juicio de Rambi – respondió Zanky.

- Te juro que me habían drogado y no sabía lo que... ah... eso... Uff, menos mal, qué sofoco me ha entrado por nada así de pronto... ejem... no es para tanto, eso es de lo más aburrido que tengo... –Dumbledore se apoyó en la mesa, recuperando el aliento.

- ¿Qué es ese orinal raro?

- ¿El cotillero? –dijo Dumbledore acercándose a él- es como... como una televisión donde puedes ver recuerdos. Aquí meto mis recuerdos y los revivo una y otra vez... así evito que se me olviden, jujuju, sería una pena olvidar algunas cosas, jijijijiji.

Zanky comenzó a recordar lo que había visto, todo era muy extraño.

- ¿Qué ocurrió con el hijo de Crouch?

- Lo encerraron en Azkaban y allí la palmó. Una pena... tenía buen cuerpo. Crouch jamás lo superó, fue un gran palo para su familia.

- Una cosa... –dijo Zanky- ¿Usted confió en Lucius? ¿¿Por qué??

Dumbledore se puso serio, se dio media vuelta y contestó sin mirar a Zanky.

- Fue muy duro, en esos momentos necesitaba ayuda. Me salvó la vida..., ¡¡él pudo alejarme de aquel horrendo estilismo!! Gracias a él volví a la senda de la dignidad en la moda. Sí, lo confieso: Lucius Malfoy es mi estilista.

Zanky se horrorizó. No podía ser, ¡¡¡Lucius era un consejero de Dumbledore!!!

- Además, otro detalle sin importancia... actuó de espía para mí contra Voldemort. A él le encanta meterse en tos los fregaos, ya lo sabes.

Zanky siguió dándole vueltas a todo lo visto en el cotillero, y eso que tenía hambre.

- ¿Qué pasó con los McMillan? ¿Son los padres de Ernie?

- Sí, son sus padres. Y bueno... Entre Crouch Junior y Bellatrix los torturaron tanto que se quedaron medio lelos, vamos, que no se acuerdan de nada.

- Pues como Ernie...

- Sí... ha salido a ellos –confirmó Dumbledore- Menos mal que tiene a su abuela que sino...

¿Por qué había subido Zanky al despacho de Dumbledore? Se preguntó de pronto.

- ¡Ah! Que venía porque he tenido un sueño muy raro y me duele la cicatriz – Zanky se puso a narrar su sueño con detalles.

- Posiblemente –respondió Dumbledore- los sueños no signifiquen nada, tranquilo Zanky –y mientras decía esto sacaba su varita y metía su pensamiento en el cotillero- En cuanto a la cicatriz... Puede que te duela porque Voldemort tiene sensaciones fuertes, ¡¡lo mismo ha catado una galleta de Tita!! Tienen fama de estar buenas, pero yo no puedo catarlas porque me sube el azúcar. Ea, tú tranquilo, que todo va bien. Ale, y no le digas a Ernie nada, que si no lo ha contado por algo será.

- Sí, porque se le habrá olvidado...

- Puede ser...

- Pos eso...

- Pos vale...

- Pos me voy...

- Pos ta luego...

- Pos adiós...

Zanky estaba a punto de cerrar la puerta del despacho cuando Dumbledore le dijo:


-¡Ah! Y suerte para la prueba.

- ¿Qué prueba?

- La del torneo chico, ¿cuál va a ser?

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