Lo + leído

07 octubre 2008


Capítulo 17: El chucho, el gato y el tejón

Jermayoni seguía ilusionada porque Tita le regalara la piel de Boby, y mientras se acercaban a las puertas del castillo el tejoncito de Ron comenzó a moverse de forma violenta. Apareció Croasán de detrás de la puerta y el tejoncito se escapó de las manos de Ron huyendo del gato, que comenzó a perseguirlo.

- Croasanito, no te ensucies mucho de sangre, ¡¡que acabas de salir de la pelu!!.

- ¿Qué dices Jerma? mi pobre tejoncito, ¡¡lo va a matar!!

Ron salió corriendo tras el tejón, y tras él iban Zanky y Jermayoni, quejándose de que no podía correr con los tacones.

- Cuxa, ¿ande vai tan aprisa? ¿reparten anisete o argo? ¡¡voy con vosotro!! ¡¡¡perame!!! - Jana corría también tras ellos.

- Ya te tengo, no tengas miedo, no pasa nada tejoncito, tu Ronnie está aquí... AAAAH, ¡¡¡¡que alguien me quite al gato de encima!!!!

Pero el gato no era lo peor que le podía pasar. Tras él estaba Fifí, con cara de mal genio, junto al perro salchicha de ojos llorosos y morro mocoso. Fifí esta vez no le escupió, sino que le mordió en una pierna, y en la otra, y tiró de él hacia un pasadizo secreto que había bajo el tronco de un árbol.

- Ai, ¿¿habéi vito eso xiquillos?? ¡¡que la burra de Tita se ha secuetrao a Ron!! ¡¡eto é un escándalo!! eto e.... vamo, eto no tiene nombre...

Y ahí desapareció Ron, gritando, con el tejoncito en las manos y seguido de Fifí y el perro salchicha llorón.

- Bueno... ¿qué hacemos? vamos a avisar a alguien o... la verdad es que el tejoncito me caía bien, ¡¡vamos a rescatarlo!! - Zanky salió corriendo en dirección al tronco del árbol.

- ¡¡¡Ai nooooo!!! SANKY NOOOOO. Vuerve aquí conmigoooo, ai Sanky, ¡¡¡¡que te come la burra de Tita y aún no hemo tenio ningún hijo!!!! ai que me da, ai que me etá dando.... ai que me dio - Jana cayó al suelo, desmayada.

Plaf.
Un melocotón dio a Jermayoni en la cara. Ella giró lentamente la cabeza, tocando su rostro magullado, y mirando al árbol, el mismo árbol por el que había huido Fifí con Ron: El Melocotonero Boxeador.

Zanky no podía acercarse a la entrada del pasadizo, cada vez que lo intentaba le caía una lluvia de melocotones verdes. Pero, de refilón, vio algo correr en dirección al melocotonero.

- ¡¡Despídete de tus melocotones dulces, porque en cuanto acabe contigo solo darás albaricoques!!

Era Jermayoni. Había conseguido subirse a la copa del árbol y estaba arrancando las ramas que daba gusto verla. El melocotonero se defendía de Jermayoni, pero ella no cesaba, y arrancaba una rama tras otra, haciendo movimientos de Pressing Catch. Zanky aprovechó que el árbol estaba entretenido con Jermayoni para entrar por el pasadizo, se sentó, y sacó una magdalena mientras Jermayoni terminaba con el árbol.

Al rato entró Jermayoni, más tranquila, pero con su modelito destrozado, despeinada y llena de arañados por todas partes.

- Este árbol de pacotilla no dará melocotones almenos en unos meses, de eso me he encargado yo... o sea... venga, vamos, hay que salvar a... ¿Fifí?

- No, al tejoncito.

- Eso, vamos... ui, qué oscuro... Zanky, por si acaso ve tú delante, que esto es muy estrecho y hay que ir agachados...

- ¿Y?

- ¡Pues que no quiero que estés todo el trayecto mirando mis posaderas! o sea, que no soy tonta Zanky, que tú ya tienes tus hormonas... - Jermayoni miró extrañada a Zanky - creo...

Estuvieron andando casi agachados a lo largo de unas decenas de metros, bajo la luz de sus varitas, hasta llegar al final del túnel. Zanky se fijó en que había una trampilla, la abrió con cuidado para no hacer ruido y ayudó a Jermayoni a subir.

Era una casa destartalada, muy antigua y destrozada. Jermayoni la reconoció de inmediato.

- ¡Es la casa de los gritos! y eso es.... aarrrg, una caquita de Fifí... qué marranada, ahora entiendo por qué la casa de Tita huele tan raro siempre...

Oyeron unos ruidos en el piso de arriba. Zanky y Jermayoni subieron con cuidado, con las varitas en la mano. Caminaron por un estrecho corredor hasta asomarse en una puerta en la que estaba Ron con su tejoncito, y Fifí al lado, mirándole muy malamente. Toda la habitación estaba repleta de clínex usados, por lo que prácticamente estaba blanca.

- ¡¡Tejoncito!! ¿¿estás bien?? ains... qué preocupados nos has tenido... ¿Y tú Ron? ¿Qué tal?

- No siento las piernas...

- Sajerao, si sólo se te ve un hueso... qué asco, ¡¡tápate por Merlín!!

La puerta se cerró de golpe, Ron dio un pequeño bote y señaló con el dedo a la puerta.

- Es él, es un animago, es una trampa, ¡¡¡¡es Sirius Black!!!!

Zanky y Jermayoni se dieron la vuelta, y ahí estaba, en pie, con la varita de Ron, el asesino en serie más buscado, con los ojos inyectados en sangre, la nariz roja y la cara húmeda, posiblemente del sudor que le producía la satisfacción de un nuevo crimen.

- ¡¡Expeliarmus!! sniff.

Sirius recogió las varitas de Zanky y Jermayoni.

- Por favor, mucho cuidado con mi varita, que tiene una capa de plata muy delicada, o sea. - Jermayoni cayó en la situación - ¡¡Tú!! ¿Dónde está mi Mimosa? devuélvemela o... o... o si quieres a Zanky tendrás que matar a Ron primero, Ron es ese, el del pelo rojo y cara de empanao... yo soy Jermayoni, 90, 60, 90... aunque me acabo de enfrentar con un melocotonero, pero de verdad te juro por la cobertura de mi movil que soy guapa ¿eh?

- Sniiif, no, hoy sólo... Pffffff morirá uno - Sirius llevaba un pañuelo blanco con el que se sonaba la nariz.

- ¿Ah si? pues no te importó tanto matar a varias personas cuando mataste a tu amigo Pepi... o como se llame... y mataste a los padres de Zanky, qué poca vergüenza, o sea... Zanky, dile algo anda...

- Mu mal Firiuf, vaf a ir al infierno pof sef malo... - Zanky resvaló un poco con los pañuelos del suelo y la magdalena se le cayó. - Glup... acabas... de... ganarte... a tu peor enemigo... AAAAAAAARRRRGGGG.

Zanky se lanzó hacia Sirius y los dos cayeron al suelo, Zanky luchaba por evitar tocar los clinex. Comenzó a golpearle con todas sus fuerzas. Mientras Fifí aprovechó para practicar puntería con Ron y Jermayoni comenzó a dar una capa de brillo a su varita plateada.

Zanky consiguió recuperar su varita, y la puso en el cuello de Sirius, quería matarlo, quería matarlo por hacerle perder su magdalena de chocolate extra, se imaginó que era el monstruo de las galletas... ese monstruo... se la tenía jurada... pero no podía, no conocía ningún hechizo asesino, lo único que podía hacer era clavarle la varita en un ojo y dejarlo tuerto... pero justo antes de clavar la varita alguien entró en la habitación y los volvió a desarmar a todos, era Lupino.

Zanky se alejó de Sirius mientras se ponía en pie. Jermayoni volvió a perder la varita, resvaló y cayó sobre la pierna ensangrentada de Ron. Los dos gritaron, Jermayoni con más fuerza.

- ¡¡¡AAAAAH!!! me muero, me mueroooo, me he manchado con sangre, ¡¡¡AAAAAAH!!! ¡¡¡¡qué asco madre mía!!!!

- ¡¡¡Mi pierna!!! ¡¡¡¡MI PIERNA!!!! ¡¡¡¡QUE ME AMPUTEN POR DIOOOS!!!!

Ron, Jermayoni y Zanky quedaron a un lado, desarmados y alejados de la puerta. Al otro lado estaban Lupino y Sirius, que se dieron un abrazo y comenzaron a olisquearse, pero se detuvieron de pronto, al darse cuenta de que les miraban y de que Fifí salía de la habitación con los ojos llorosos y hablando en llamo.

- ¡Sirius! ¡cuánto tiempo! - Lupino comenzó a recoger los clínex del suelo y los metía en una bolsa que siempre llevaba consigo.

- Ya echaba de menos tu afán por la limpieza y el orden, sniiif, pffffffff.

- Suénate más, que salga todo, para fuera, eso es... muy bien campeón, ya está, ya pasó...

- Ai Lupino, qué mal lo he pasado, ¡¡¡qué mal!!! sniiif, ¿¿qué he hecho yo para merecer esto?? sniiiif, ai pobrecito de mí, qué triste estoy, sniiiif, pfffff.

- Ya está Siriíto, ya, ea, ea, ea... - Lupino daba golpecitos en la espalda de Sirius Black.

Jermayoni se acercó un poco a Lupino, con cara de mal genio.

- Lo sabía... sabía que algo raro pasaba, ¡¡lo sabía!! qué tonta fui... ¡¡tu perfume era del mercaillo!! y yo pensando que era de marca... cómo me tenías de engañada... ¡¡sin mencionar que eres un hombre lobo!! siempre faltabas a las clases los días en los que la poción de la belleza labial cuece, es decir, en luna llena, y siempre el profesor Malfoy te llevaba lociones... yo pensaba que eran tratamientos de belleza, pero te veo igual de feo que siempre, ¡era una loción para evitar la transformación! y esa obsesión por el orden... tan típica de los lobos... o sea, y las cicatrices por todo el cuerpo, me dan arcadas, puaj... lo que me extraña es que Tita no se haya dado cuenta antes...

- Y seguro que ayudó a entrar a Sirius Black al castillo y que ahora queréis matar a Zanky ¿verdad? pero... ¿¿podéis amputarme ya las piernas por favor?? ¡¡dueleen!!

- De acuerdo, lo confieso, soy... soy un hombre lobo - Lupino se puso un poco rojo.

- ¡Qué vergüenza! - Jermayoni no se atrevía a mirarle a la cara.

- Lo descubrí cuando tenía unos cinco años... de pronto me salía pelo las noches de luna llena... mi madre pensó que es que era gay, porque me solía esconder en el armario... pero no, soy un hombre lobo... pero eso no quiere decir ni que haya ayudado a Siriíto a entrar a Hogwarts ni que queramos matar a Zanky.

- Pffff ¡¡claro que no!!

- He venido aquí porque en el mapa de los Marujos salían más personas de las que había. ¡Aparece Pepigru! y se supone que está muerto... pero no, Pepigru está aquí, en esta sala, es un animago también, y es el tejoncito de Ron.

¡Ya hay un comentario!

  1. Anónimo dice:

    Jajajaja esta bueno el capi!!, Ron pidiendo que le amputen las piernas y Jermaione peleando con el melocotonero!! jajajaja

    me encanta

- Copyright © Zanky Potter - Date A Live - Soporte por Blogger - Diseño por Johanes Djogan - Modificado por Zancaturno -