Lo + leído

10 octubre 2009


Capítulo 21: El Frente de Modernización de los elfos domésticos

Zanky pasó toda la noche en vela en la sala común de Hufflepuff. Estaban celebrando su victoria. La Susan y su banda trajeron la comida, Jana se puso tibia a anisetes, el ricachón comenzaba a tirar billetes como si fuera confeti...

- ¡Zanky, Zanky! - gritó Ron - ¡Abre la bellota!

- ¡Ah! ¿Que se puede abrir?

Todos gritaron para que la abriera, mirándolo ansiosamente.

- ¿Os imaginais que está rellena de chocolate?

- O d'anisete hip ¿su imaginai que etá rellena de hip anisete relleno d'anisete? hip hip la monda vamo, hip, la monda... hip.

Zanky abrió la bellota por arriba con un "clic" y su interior se iluminó. Estaba hueca, pero una potente voz femenina de muy mala uva comenzó a gritar:

- SEREIS ******* DE VUESTRA ****** OJALÁ OS PUDRAIS EN EL ***** ******* Y OS ***** COMO LO ****** QUE SOIS, ASQUEROSOS ****** ENTRE ***** Y ***** ******* SI ES QUE SOIS UNOS ******* DE ******** Y ******* AAARJ, QUE ASCO ME DAIS PEDAZO DE ***** SIN ******* Y ******** PESTILENTES.

Zanky tapó enseguida la bellota. Ni a Tita le había oído jamás decir tanto taco y palabra sucia junta. Si hasta había insultos que eran nuevos para él, y... a juzgar por la cara del resto, también para los demás. Hasta la Susan se había quedado a cuadros, parecía incluso que aquellas palabras le hubieran bajado la moral.

- ¡La virgen, Sanky! hip, esa boca xiquillo...

- Esto... o sea - dijo Jermayoni, asustada - eso no ha sido muy ATP que digamos... vamos, porque soy guapa, pero si fuera una adefesio ahora mismo me suicidaba...

- Pues se supone que tiene un mensaje secreto importante para la siguiente prueba...

- Igual si juntamos las primeras palabras de cada taco...

- O si lo escuchamos al revés...

Toda la sala común comenzó a hacer conjeturas sobre cómo podría descubrirse el mensaje secreto.

Jermayoni se acercó sigilosamente a la Susan, pero ésta ya se lo olía.

- ¿Qué quieres? ¿eh? ¿eh? a la Susan nadie la sigue ¿entiendes? porque la Susan es mu pacífica, pero si la provocan no responde de sus actos, ¿entiendes?

- Si, si, sólo venía a preguntarte algo...

- Dispara.

- ¿De dónde habéis sacado tanta comida?

La Susan mascó su chicle varias veces y la miró como examinándola antes de responder:

- ¿No serás de la mafia del Monstruo de las Galletas?

- Nooo.

- ¿Y para qué quieres saber de dónde sacamos la comida?

- ¿Recuerdas que te hablé una vez de la OSEA?, me preguntaba si esta comida la han tocado esos sucios elfos domésticos, porque yo creo que no les vendría mal un poco de ropa decente y...

- Qué muermazo, si, me acuerdo. Esta comida es de la cocina de Hogwarts. No podrás entrar a no ser que conozcas la contraseña, es Ábrete Sésamo. Con eso vas al retrato de un higo que hay en el pasillo de aquí al lado y puedes pasar ¿entiendes? pero te advierto de una cosa... ahí encontrarás cosas que pueden hacer que pierdas la cordura...

- ¿Qué hay ahí?

- ¡¡Cientos de elfos roñosos!!

- ¡¡NOOOOOOO!!

- Y lo peor es que todo lo que tocamos, lo que comemos, lo que respiramos... ha sido previamente manipulado por sus esqueléticas manos... ¿entiendes?

- Ai Dios, esto es más grave de lo que me temía. Creo que necesito más galeones...

- Si quieres galeones fáciles - dijo la Susan - ve a hablar con Zacarías Smith, es el heredero de Hufflepuff y tiene un fortunón.

Jermayoni fue directa a hablar con el chico, el que siempre repartía dinero a cambio de pequeños favores.

- Quiero un millón de galeones.

- Mmm... me temo que eso os va a costar caro, señorita...

- Estoy dispuesta a hacer lo que haga falta... - y le guiñó un ojo.

- Está bien. Te espero esta noche en mi dormitorio... tráete un buen cuento.

Zanky se fue a la cama. Arropó a Ron, le dio varios peluches y después se acostó. No sabía dónde estaba Ernie, ni tampoco le importaba mucho, solía desaparecer varios días seguidos frecuentemente.

Al cabo de los días Zanky se sentía mejor, ya no sentía la presión de la prueba, todos lo trataban como un héroe... la pega es que tenía que juntarse otra vez con Ron, pero bueno... estaba tan feliz que escribió una carta a Sirius. No sabía si seguía vivo o no, pero por si acaso... vaya a ser que después viniera llorando porque no le había escrito. Mandó al periquito de Ron, que el pobre no podía con el peso de la carta, y después bajó corriendo a la clase de Cómo Mimar a las Criaturas Mágicas.

Hacía frío, y Tita estaba en manga corta, como todo el año.

- Bien chicos. Hemos localizado a Pimpi, estaba escondida detrás de un bonsai, pero claro, como llevaba el gorro de camuflaje nos ha costado dar con ella... por tanto, ahora el Bosque Prohibido es más seguro.

- Pero no os fiéis demasiado, hay criaturas sanguinarias ahí dentro - aclaró Charlie.

- ¿Te refieres a los mosquitos? si, está plagado... Bueno, no me distraigas Charlie, ¿por dónde iba? ¡Ah si! Las anacondas mágicas son criaturas muy suyas. Ahora mismo solo nos quedan 8... el resto... sniiiif, el resto....

- El resto han sido deboradas por las supervivientes - concluyó Charlie, viendo que Tita era incapaz de terminar la frase sin echarse a llorar.

- ¡NO ES SU CULPA! es su creencia ¿vale?, no quieren enterrar a sus hermanos porque están en guerra con los gusanos, así que para que se los coman esos enanos se los comen ellas mismas, que además son de la familia y hay confianza...

- Volviendo al tema - continuó Charlie - no está claro del todo si las anacondas mágicas hibernan o no... básicamente porque Tita no guarda el ticket de compra con las instrucciones... así que hoy vamos a construirles unos nidos cómodos y las vamos a meter. Si ponen resistencia no las presioneis.

- No, es mejor dialogar con ellas, seguro que entran en razón. Venga chicos, ahí tenéis algunas mantas, batines, almohadas... etc de Ravenclaw. ¡Construidles unas buenas camas!

Cuando terminaron de construir los nidos, liberaron a las anacondas, que ya eran tan grandes como Mami. Charlie, al ver sus intenciones, metió a todos los alumnos dentro de la cabaña de Tita.

- ¡Charlie! Que si los metes dentro no se van a enterar de la clase ¡hombre! sácalos.

- No Tita, que es peligroso, mira cómo quedó la pobre Fifí después de toparse con una.

Todos se giraron hacia Fifí, que estaba recostada en un sillón, con tres patas vendadas y rasguños por todos lados, estaba tomándose un te calentito con pajita.

- Juaaaaa....

Pero nada pasó, no tenía ni fuerzas para escupir.

- ¡Ella se lo buscó! eso le pasa por provocar a las pobres anacondas.

- ¡Si estaba durmiendo!

- Eso dice ella...

- ¡También me atacó una anaconda a mí el otro día!

- Es que tú les tienes mucha manía a cualquier bicho, que me he fijado yo. Esa anaconda solo te estaba dando un abrazo.

- Sí, y salí con tres costillas rotas.

- Es que son muy pasionales, como las galas. Y por lo que veo, también son unas incomprendidas... como las galas.

Finalmente Tita desistió, los alumnos se habían atrincherado con Charlie en su casa y no había forma de hacerlos salir. De muy mal humor, guardó todas las anacondas en sus jaulas y dio la clase por finalizada.

Danta Skeeter apareció cerca de la cabaña de Tita.

- Hola, holaa.

- ¡Hombre! Qué oportuna! justo necesitaba liberar estrés, ven bonica, ven...

- ¡Espera! Que vengo para hacerte una entrevista...

- ¿A mí? Dumbledore te prohibió la entrada.

- Ya lo sé pero es que me he fijado en tu soltura con las criaturas y lo buena profesora que eres y justo escribo un artículo sobre zoología en mi columna que...

- No, no, los animales en Zoos no, a los animales hay que dejarlos libres.

- Ejem, si... digo que escribo de animales, y como tú eres una experta me gustaría entrevistarte...

- ¡Oi! ¿Y voy a salir en El Profeta?

- Si, si, claro.

- ¿Mi foto también?

- ¡Por supuesto!

- Oiiiii, qué ilusión. Yo en El Profeta. Avisaré con tiempo a mi familia para que lo lean antes de usarlo. ¡Qué sorpresa se van a llevar! seguro que me enmarcan y todo.

- Me gustaría saber más sobre esas mascotas.

- Ui, a Fifí la saqué ilegalmente de Perú, claro, que era una cría que cabía en el bolso de mano, total, que vi que su madre no le daba suficiente leche y me la traje pa' ca'... de eso hace ya unos 10 años...

Zanky intentó hacer señas a Tita para que no contara lo que no debía, pero es imposible pararla una vez ha empezado a contar su relato de cómo empezó a hacer lacitos lilas para sus mascotas, de modo que Zanky, Jana y Ron fueron a su siguiente clase, la de Adivinación, y dejaron a Jermayoni frente a un espejo retocándose el pintalabios.

En clase de Adivinación la profesora Trolawney se asustó al ver a Zanky, como si hubiera visto un fantasma.

- Queridos telespectadores -dijo hablando con una cámara - aquí tenemos de nuevo a Zanky. Me alegra ver que mis velas blancas de protección surgieron efecto en él. Si es que soy infalible...

- Sí, será eso profesora -comentó Zanky en voz alta.

- Hoy vamos a revisar las redacciones que os pedí, tituladas ¿cómo morirá Zanky?, veamos, Zanky, tú por ejemplo.

Zanky se levantó y comenzó a leer su redacción.

- Voy a morir cuando me dé la gana, dentro de muchos años, cuando sea rico y bien alimentado. Posiblemente me dé una sobredosis de azúcar estando en casa.

- Muy mal Zanky, no has acertado en nada, tienes un cero... bueno, un tres, que eso de morir de sobredosis me ha gustado...

Ron, que estaba a su lado, comentó en voz baja:

-De las veces que te ha matado esta mujer ahora serías un concentrado de fantasmas.

- Má bien sería un sombi, uno de eso que no se mueren ni a tiro que salen en la pilicula de miedo... si hombre, lo sombi de toa la vida, esa pesona que comen serebro humano y que tienen la pier mu seca que se le cae a caxos... ya sabei, eso de...

- Que si Jana, que si, te hemos entendido a la primera.¡ ¡¡Jó que plasta la tía!!!

- Po que no soy mar pensá sino...

Salieron de la clase cuando la profesora estaba echando las cartas a una telespectadora cáncer sin darse cuenta de que las cartas que echaba eran las facturas del té. Bajaron rápidamente a cenar pero no encontraron a Jermayoni.

- ¿No habéi vito a la Jerma, xiquillo?

- No.

- Po me como su xurrasco, que en eta escuela no se tira ná.

- Tú misma... pero por favor, mastica un poco más, que ayer estornudaste en clase y salió un hueso de pollo.

- No era un hueso de pollo, era de ternera, xiquillo.

Al terminar de cenar ayudaron a Jana a desatascarse de la silla y bajaron las escaleras mecánicas. Lástima que iban en su contra, Jana al final optó por lanzarse escaleras abajo como una pelota.

Llegaron cerca de la entrada de Don Juan, que estaba con doña Calentoñas, cuando vieron algo que les llamaba al final del pasillo.

- Chsssst, venid aquí, o sea.

- ¿Jerma? xiquilla, po que he reconosío tu "o sea" sino cualquiera diria que ere tú, tía.

Jermayoni estaba metida en un traje extraño, como los que usan los médicos muggles para evitar ser contagiados por cualquier cosa que toquen o respiren. Debajo llevaba puesto su mejor traje, no quería parecer una hortera.

- Tenéis que ver algo, venid conmigo.

- Hay, no sé xiquilla, etoy mu llena y no me puedo mové.

- Vamos a las cocinas.

- Vamo pa lla pué, ¡¡venga, venga!! no sus quedei atrá xicos...

Jermayoni se detuvo, como si fuera un astronauta, frente al retrato del higo que le indicó la Susan y dijo:

- ¡Ábrete Sésamo!

Una extraña apertura se abrió en el retrato, como si fuera un buzón, y aparecieron dos ojos.

- ¿Quienes sois?

- Venimos de parte de la Susan - dijo Jermayoni.

- La mafia ya no domina este sector - respondió la voz desde el otro lado.

- Bueno, pues queremos entrar a las cocinas.

- Entonces si, pasad.

El retrato se abrió como una puerta. Jermayoni entró la última, por si acaso.

Dentro parecía que había ocurrido una guerra. Todo estaba patas arriba, cientos de elfos domésticos intentaban poner orden. Mientras, algunos miembros de la mafia estaban heridos en el suelo de piedra, mientras los miembros de la mafia de la galleta los encadenaban a las paredes.

- Me parese que er muntruo de la galleta se ha apoderao de la cosina... oi cuando se entere la Susan...

Una voz conocida se oyó a lo lejos, era Tita, y llevaba un vaso de leche.

- No os hagais daño chicos... estos niños, qué juegos más raros tienen... Oi, Zanky, ¿qué haceis aquí?

- Venimos a por... mmm... leche. Si.

- Si, xiquilla, que Sanky quiere mojá mi pestiños...

- Me voy solo para no verte, Jana...

El portero abrió la puerta a Tita.

- Tu no eres Claudio ¿verdad? ya me había acostumbrado a que me abriera él. Bueno, que os divirtais, y limpiad todo ese ketchup del suelo, vaya a ser que os resbaleis niños... ¡qué majos! jugando a las guerras...

Zanky intentó controlarse, odiaba al monstruo de las galletas, pero por suerte no estaba allí. Pasaron entre los heridos, aún cuando algunas granadas estaban estallando, y se detuvieron cerca de una gran chimenea.

- O sea, ¡mirad qué asco! Elfos tocándolo todo, iuuuush...

- ¿Qué pasa nena? ¿Algún problema con los elfos o qué?

Zanky reconoció esa voz, era el elfo que liberó contra su voluntad hacía dos años, el elfo de Severus Snape, el pringao. ¡Era El Dobby!

- Vaya vaya a quien tenemos aquí, nen. Al Zanky Potter... ¡Tú me liberaste, tío! Se me acabó el chollo nen. Pasé dos años vagabundeando por ahí hasta que Dumbledore me ofreció un empleo, ¡¡Pero no tengo pringao que me haga las cosas!! Esto es muy chungo nen, tengo que trabajar para ganarme las lentejas. Tú eres mi enemigo nen, El Dobby no descansará hasta verte muerto, que lo sepas, nen...

El Dobby cogió un cuchillo cuando sonó una breve sirena en el reloj de la sala.

- Vaya, la hora del descanso. En diez minutos estoy contigo nen, que me toca tumbarme a tocarme las orejas...

El Dobby se enfundó su chupa negra y se puso las gafas de sol oscuras mientras tocaba una armónica.

- O sea, voy a actuar ya.

Jermayoni sacó una gran bolsa que llevaba y comenzó a lanzar ropa al aire.

- ¡¡¡Venid!!! la ayuda ha llegado, somos de la OSEA. ¡Poneos esta ropa!

Pero los elfos apenas le hicieron caso, algunos incluso usaron blusas de seda para hacer trapos y comenzaron a limpiar con ellos los hornos.

Enseguida un grupo de elfos los rodearon con un montón de bandejas llenas de comida. Jermayoni salió corriendo, huyendo de aquello, y Ron y Zanky la siguieron para no perderla de vista. Jana se quedó allí rodeada de elfos que le ofrecían de todo.

Sin querer, Jermayoni, con su traje de astronauta, chocó contra una elfina que estaba sentada en un taburete, bebiendo vasos de leche a punta pala.

- ¡Más cuidado! ¡hip!

La elfina era Winky, Zanky la reconoció enseguida.

- Más cuidado tú, o sea, me has manchado el traje de... ui, perdona, es la costumbre... Toma... esto... bonita... ponte esto.

Jermayoni entregó una falda de última moda a Winky, pero ella solo se sonó los mocos con ella.

- ¡Qué haces! Salvaje, ¡¡¡más que salvaje!!! por dios, que es de Armani....

- ¡¡Winky quiere suicidarse!! - dijo la elfina.

- Pues lo estás consiguiendo, monina, porque estoy a esto de sacarte los ojos.

- Winky está triste hip, y achispadilla... hip, porque su amo la ha echadoooooo.

Zanky recordó como el señor Crounch la abandonó en aquel bosque, fue entonces cuando Tita se la quedó e intentó infiltrarla como alumna en Hogwarts, pero la Boina fue lista y la mandó a las cocinas.

- Pero ponte algo mono, lávate las manos, ponte perfume, ¡peinate!, y verás como te sube la autoestima, a mí me ayuda mucho.

- Winky quiere ser la esclava del señor Crounch, hip, ¡AI QUE PENA MÁS GRANDEEEE!

- Lo mejor será que nos marchemos, Jerma - dijo Zanky - los miembros de la mafia están contraatacando para recuperar la cocina, están intentando derribar el retrato del higo.

Efectivamente, los miembros de la mafia de la Susan habían conseguido derribar el retrato y ahora entraban todos de golpe arrollando a quienes se les ponía por delante. El centenar de elfos corría desesperado por todas partes, pisando la ropa que Jermayoni les habia dado. Jana seguía rodeada de elfos y no parecía ser consciente de la situación, pero Zanky, Ron y Jermayoni salieron de las cocinas como pudieron.

Fuera estaba la Susan escondida con algunos de sus miembros entre las columnas. Al verlos se les acercó, los rodeó con los brazos mientras otros la cubrían.

- No me puedo creer que tengan rehenes, esto es peor de lo que pensaba. Habrá que sacar la nuclear... a la Susan no le vacilan, ¿entiendes? ESTAIS MUERTOOOOOOOS - dijo antes de desaparecer dentro de las cocinas, arma en mano y rodeada por diez miembros vestidos de negro.

- Copyright © Zanky Potter - Date A Live - Soporte por Blogger - Diseño por Johanes Djogan - Modificado por Zancaturno -