02 octubre 2011
Capítulo 27: El regreso de Morritos
Zanky se despertó a los dos días de la segunda prueba, había
dormido del tirón después del estrés del lago. Lo despertó un loro que le
llevaba un paquete. Olía a galletas y tenía una nota.
"Me he enterado de que has discutido con Tita STOP Te mando
ahora yo las galletas STOP Cómetelas todas STOP Siempre tuya: Titanónima"
Zanky recordó por qué había discutido con Tita, por no rescatar a
Ron en el gran lago, pero al parecer las galletas no le iban a faltar, menos
mal, estaba pensando incluso en pedirle perdón a Tita.
Al llegar al Gran Comedor para desayunar, Ron estaba contando que
fue él quien se sacrificó por el estilista de Beauxbatons:
- No podía permitir que un inocente muriera en el lago, y así fue
como se lo dije a Zanky: Zanky, sálvalo a él, yo ya no siento las piernas, ¡no
te gires y nada hacia la libertad wally... digo Zanky! Y así fue como me
sacrifiqué, soy un héroe, soy un héroe...
- ¡Qué vas a ser un héroe! - protestó Jermayoni- O sea, tú estabas
endrogado, como yo, y si Zanky no te sacó fue porque das grima.
- ¡Pero es verdad que me enfrenté a las sirenas! - dijo Ron,
ofendido.
- Ui, qué miedo, o sea, sirenas, ¡qué peligro! Pssss
Al acabar el desayuno llegó Jana.
- ¿M'he perdío er desayuno? No pué sé, no pué seéeeee! ¿Y qué como
yo hasta la hora de l'armuerso xiquilla? ¡Dadme to lo que tengai en lo
bolsillo! ¡Eto é un atraco!
Y así fue como Jana se convirtió en yonki de la comida.
Fueron a clase de Lociones, allí estaban haciendo cola los de
Slytherin y al verlos les tiraron una revista: Corazón de Bruja, Zanky leyó el
artículo:
"Combate las varices con piel de ajo"
- ¡Ese no! - gritó Dracon- el de abajo.
"Cotilleos con Danta: Krum, el rompecorazones
Nadie duda del poder de seducción de Viktor Krum, pero esta vez ha
sido Jermayoni Granger, una fresca alumna de Hogwarts amiga íntima de Zanky...
o al menos hasta ahora. Resulta que la fresca Jermayoni pasó un rato agradable
junto a Krum en el gran lago, se contaron muchas anécdotas y el chico la invitó
a pasar el verano en Nueva York con él, luego se dieron un señor morreo. Morreo
del que nuestro admirado Zanky Potter fue testigo, oculto entre las sombras. A
Zanky se le partió el corazón. Sí amigas, detrás de ese oscuro arbusto rompió
su amistad con Jermayoni, ambos enamorados del cachas Krum. Así es, Zanky
Potter tenía un fuerte sentimiento hacia Krum, utilizó a su amiga para
tantearlo pero la muy fresca se lo quedó para ella solica. Zanky ahora está
destrozadito. ¿Cómo afectará esto al resto del Torneo de los Tres Pringaos?
Danta Skeeter estará allí para contároslo"
- ¡O sea per qué fuerte! Esta vieja de qué va? O sea, es todo
falso, pero... ¿cómo habrá sabido que me invitó a Nueva York?
- Zanky... ¿eres gay? - preguntó Ron
- Yo qué sé - contestó Zanky, masticando una galleta.
En ese momento llegó el profesor Lucius Malfoy y se apropió de la
revista mientras todos entraban en clase.
- ¿Qué es esto? ¡No puede ser! No doy crédito, tiene qué ser
falso... ¡¿Con piel de ajo?! esto tengo que probarlo...
El profesor siguió leyendo la revista mientras los alumnos
machacaban los ingredientes de la loción crece uñas.
- Siempre he dicho que Krum no era de fiar -afirmaba Ron
- Calla, que está bueno.
- Yo también estoy haciendo ejercicio, mira, ya saco bola, eh,
Jerma, mira, mira...
- Pues eso, que Danta se está metiendo conmigo por lo que le dije
en Hogsmeade, ¡qué bicho más malooo! o sea.
- ¡Y también tengo abdominales! Mira, mira... puedes rallar queso
si quieres, yo me dejo.
- Por favor Ron, o sea, un poco de dignidad... métete esas chichas
debajo de la camisa, anda.
El profesor de Lociones se acercó a Zanky, revista en mano, y
comenzó a mirarle de arriba a abajo.
- ¿Tú gay? ¡JÁ! No tienes pinta de metrosexual... mira qué
pintas... un calcetín de cada color, los pantalones con rodilleras... por
favor, esto es ofensivo, 10 puntos para Slytherin por tener que leer estas
cosas. Mañana mismo mandaré un loro a esa reportera y le voy a cantar las
cuarenta. Zanky gay... menuda trola el hortera este...
En ese momento, cuando Lucius estaba a punto de zurrar a Zanky con
la revista enrollada, Webo Kaskao entró en el aula, preocupado.
- Lucius... necesito hablar contigo urgentemente.
- Por fin una excusa. Niños, al patio, fin de la clase, ale,
fuera, fuera.
A Zanky se le cayó una galleta al suelo y se agachó para
recogerla. En ese momento se cerró la puerta, todos habían salido ya menos él y
Lucius estaba con Webo, de pié, sin darse cuenta de que Zanky estaba ahí.
- Verás Lucius... Rambo... ya sabes... la marca...
- ¿A él también?
- Sí... y bueno, tengo miedo que pase como la otra vez, esto no es
una buena señal, Lucius, ya se estaba rehabilitando... mi Rambo... ¿qué puedo
hacer?
- Pues de momento ponle esta crema tres veces al día, se le irá un
poco el hinchazón. El resto... supongo que habrá que esperar a ver qué pasa...
Más tarde, cuando por fin Zanky pudo escapar de clase de Lociones,
se reunión con Jerma, Ron y Jana, que estaban tomando el fresco bajo un árbol.
Desde allí se veía la cabaña de Tita, ella estaba en la huerta, recogiendo unas
lechugas mientras Fifí, dentro de casa, mezclaba el bote de azúcar con el de
sal.
- Os tengo que contar una cosa - dijo Zanky, haciendo caso omiso a
la cara de enfado que le dedicaba Tita desde lejos.
- La Susan ha venido, dice que quiere verte cuanto antes para
hacerse fotos contigo para la campaña electoral de la mafia, y... bueno, me ha
dicho expresamente que te diga esto: ¿Entiendeeees?
- Sí, vale Ron, luego hablo con ella, espera que me siente y os
cuento una cosa...
- ¡Ahí no, Zanky!
- ¿Qué? ¿Hay una caca o algo?
- ¿Estás bien Gervasio? Uff, menos mal... Zanky, más cuidado, que
Gervasio a veces se siente como si nadie lo viera.
- Ya está otra vez con el Gervasio de las narices... o
sea
- No te metas con su nariz, que es muy sensible - protestó Ron- Tú
tranquilo Gervasio, no les hagas caso.
- ¿Queréi un poco de xocolate? O... ¡no, no, perad! ahora vuervo!
- Jana se levantó como pudo y salió corriendo en dirección al castillo.
- Al canguro de Webo le pasa algo -por fin pudo decir Zanky- algo
en el brazo, Webo está preocupado y creo que es algo malo.
- Vamos a decírselo a Tita, quizás ella...
- ¡No! Estoy enfadado con ella.
Un loro muy raro llegó volando y dejó una carta encima de Zanky,
luego atacó a Ron un rato hasta que se cansó y se sentó en una rama encima de
él y comenzó a hacer la digestión.
"Querido Zanky. Pude escapar de la perrera, ahora estoy en
Hogsmeade escondido con Bobi en una cueva... está muy oscuro, tengo miedo. El
próximo fin de semana, cuando vengáis al pueblo, traedme comida, agua y algo de
ropa de abrigo, que lo estoy pasando muy mal. Os espero en la plaza. Te quiero
muchiiiiiiiisimo. Atentamente: Siriíto, tu papi"
A lo lejos, desde la cabaña de Tita, se oyó un grito:
- FIFÍ YO TE MATOOOOOO ¿QUÉ LE HAS HECHO AL AZÚCAR?
Y apareció Jana, con una bandeja enorme de pestiños.
- Come Sanky, come... pero que se te vea de lejo, asín, asín, de
cuatro en cuatro... ¡QUÉ BIEN SE COME MI SANKY LO PESTIÑO!
Tita se asomó por la ventana, con la cara roja de ira y escupiendo
café descafeinado.
Ese fin de semana, efectivamente, había visita a Hogsmeade. Zanky
fue con Jermayoni, Ron y Jana a la visita, pero querían dejar lo de Sirius para
el final, seguro que era un muermazo.
Fueron a Las Tres Escobas, estaba repleto y Laurerta, la camarera,
no daba a basto.
- Lau, cinco cerv... -intentó pedir Ron- Cinco cerv... Lau, ¿Lau?
aquí cinco cerv... ¿Lau?
- ¡Ya ye he oído Ron, sielo! esperen un poquito, que hay mucha
gente.
En este momento entró Tita por la puerta, como en los bares del
oeste, y se hizo el silencio.
- Laurerta, un whisky de fuego sin hielo y en jarra.
- Sí Tita, aquí tenés mi Tita -y le sirvió enseguida su jarra.
Tita miró a Zanky de refilón y se sentó dándole la espalda, pero
él se fijó en que le estaba mirando reflejado en un espejo... lo que no sabía
Tita es que él también la podía ver a ella en el reflejo.
- Pue ná, aquí etamo, lo cuatro amigote de siempre.
- Cinco, que Gervasio también está aquí.
Laurerta llegó con los cinco vasos de cerveza de
mantequilla.
- Aquí teneis, sielitos. Por sierto, me han pedido... que te
invite a unas aseitunitas con anchoas, Sanky.
- ¿Quién ha sido?
- Tit... -Laurerta se giró hacia Tita y ésta le negó con la
cabeza- Un anónimo, sielo.
Tras pasar media tarde en Las Tres Escobas finalmente decidieron
dejar a Jana comiéndose sus tres raciones de tapas y aprovecharon para ir a
comprar magdalenas y chuches a HoneyDukes. Pasaron por la plaza del pueblo y
vieron a un perro salchicha llorón que los miraba a lo lejos, pero ellos
entraron en la tienda sin prestarle atención.
Al salir, con cinco kilos de dulce, siguieron al perro salchicha,
que se alejaba del pueblo por la calle principal hacia un camino de montaña
rodeado de arbustos. Los chicos se fijaron en que alguien les seguía.
- Fifí, ¡que te van a ver! Ponte el casco en el pompis, anda -le
decía Tita, con un gorro de camuflaje muy mal hecho con cuatro ramas secas, a
Fifí, que al agachar la cabeza para ocultarse inevitablemente subía el pompis.
Siguieron subiendo por un peñasco hasta que vieron una cueva a lo
lejos donde se metía el perro.
- O sea, yo no he venido preparada para subir montañas ¿eh?
se me están echando a perder las medias con tanta ramita, a ver si podan
el monte, por favor, de verdad o sea.
Tita y Fifí iban por detrás, escondiéndose detrás de arbustos y
árboles, pensando que no las veían.
- Se van a meter en la cueva Fifí, no me fío un pelo...
Ya en la cueva el perro se transformó en Sirius. Sus ojos estaban
inyectados en sangre, hinchados y llorosos, el pobre hombre no se había
afeitado en semanas y llevaba unas pintas de hippie melenudo que atufaba...
- ¡Ay mi Zanky cuánto lo he echado de menos! sniiif, ¿me has
traído comida, agua, ropa de abrigo... como te dije?
- Vaya - respondió Zanky, librándose del abrazo- se nos ha
olvidado...
Sirius puso cara triste y miró la bolsa que tenía Zanky.
- ¿Qué llevas ahí? Huele a magdalenas.
- Ermmm, nada.
- ¡Dame magdalenas! Tengo hambre, sniiif.
- Si hombre, ¿tú flipas? ¡que son magdalenas!
- ¡Ay qué infeliz soy! Mi Zanky no me quiere...
Zanky hacía caso omiso mientras se comía una magdalena delante del
hambriento Sirius, pero no podía evitar escucharlo.
- Pues conseguí escapar de la perrera haciéndole el muerto, me
metieron en una bolsa cerrada y me tiraron a la basura... me costó bastante
abrir la bolsa, casi me asfixio, aunque conseguí comer algo de restos en aquel
contenedor... luego estuve...
- Vamos a ver, Sirius, ¿tú no has venido a saber cómo estaba yo?
que soy el importante aquí.
- Ay qué pena, que nadie me quiere ni me hace caso, sniiiif.
Estuve varias semanas perdido en un bosque, huí de varios osos que me
perseguían y luego de tres gatos que me daban mucho miedo... sniiif, llevo
constipado desde entonces, he pasado mucho frío, y hambre, y sed...
- Nada... ya acabará -protestó Zanky.
Tras ellos, se oía perfectamente a Tita y Fifí, estaban en la
entrada de la cueva, ocultas tras unas rocas.
- Fifí, ponte tierra y rocas por encima, para que no nos vean. Ese
tipo me suena de algo... espero que no sea un pervertido, como toque a mi Zanky
lo dejo sin cuello aquí mismo, de aquí a que encuentren el cadáver ya se lo
habrán comido los centauros, que les encanta hacer acampadas asando vagabundos.
- Al final conseguí llegar a Hogsmeade en tren, me colé en un
vagón del circo, estuve entre los cerdos berrugosos todo el viaje...
- No hace falta que lo jures, o sea...
- Sniiif, y aquí estoy, todo por ver a mi Zanky, ¿te has
preocupado por mí?
Zanky sabía que tenía que acabar con esto, así que mintió, para
que no se enrollara más.
- Sí, papi Sirius... mucho.
- Ay mi Zanky! mua mua mua sniiiif, cuánto lo quiero... ahora
cuéntame, ¿qué tal el torneo?
Zanky le contó a Sirius todo lo que había sucedido desde la
primera prueba, cómo consiguió vencer en la prueba del lago, y también lo que
había visto en clase de Lociones sobre el canguro de Webo.
- No me entero de lo que hablan, a ver si hablan más alto... ¡ya
lo tengo! Fifí, escóndete muy bien... - Tita se alzó y cambió la voz para
decir- ¡MÁS ALTO QUE AQUÍ DETRÁS NO SE OS OYE! - después, se agachó tras la
roca.
- ¿Quién hay ahí? sniif -preguntó Sirius.
- Chssst, nadie, ni caso, o sea...
Zanky también contó que había visto al señor Crounch en el mapa de
los marujos la noche en que fue al baño de prefectos.
- No creo que Crounch sea malo sniiif, él fue quien me mandó a
Azkaban, por error claro, sniiif, ¡pero no me hagas recordar eso! Ese hombre
mandó a Azkaban a su propio hijo, acusado de ser mortífago, y murió allí. Rambo
lo delató.
- O sea, ¿Rambo era mortífago?
- Sí, y de los peores, sniif, al final se libró de prisión por
delatar a muchos de los suyos, y ahora aquí lo tenéis, sniiiif, en Hogwarts con
Webo.
- O sea, qué fuerte me parece... -dijo Jermayoni mientras se
limaba las uñas.
- Por eso, sniiif, tienes que tener mucho cuidadito Zanky, yo
estaré por aquí por si necesitas algo... pero podrías mandarme ropa, comida...
ya sabes...
- Sí, sí, pesao... -protestó Zanky- cómo te gusta hacerte la
víctima, soy yo el que está en peligro, papi Sirius.
- Es verdad, sniiif, tienes razón, qué egoísta soy, ¡qué egoísta!
Por cierto, la chica esa del ministerio sigue desaparecida, el Ministerio es un
caos según cuentan el El Profeta.
- Mira... -dijo Zanky- si vas a hablarme de política yo me piro
ya, que eso es muy aburrido.
- Nada - se oyó desde la entrada de la cueva- que no me pispo de
lo que dicen...
Zanky, Jermayoni y Ron siguieron hablando con Sirius mientras
comían golosinas. Tita estaba nerviosa, quería acercarse más para ver qué hacían.
- Fifí, sígueme, que no nos han visto, pégate mucho a la pared y
camina despacio, si se giran hacia ti quédate quieta con una piedra en la mano,
así no te verán, ¡vamos!
Tita y Fifí fueron caminando pegadas a la pared, haciendo ruido
cada vez que caían rocas o se resbalaban con raíces. Finalmente se quedaron al
final de la cueva.
- ¡Aiba! Hola, no te había visto... ¿eres de por aquí? -preguntó
Tita
- ¿Quién hay ahí? -preguntó Ron
- ¡Ah! Al fondo está Bobi, la hipogrifa, me he reunido con ella
aquí, me quita todas las ratas, sniiif.
- Tu cara me suena -continuó Tita, hablando a Bobi- ¿vas por Las
Tres Escobas? ¿Conoces a Laurerta? es muy amiga mía... ah, que estuviste en
Hogwarts el año pasado... pues chica, yo doy clases ahí y no me acuerdo de verte
por el Gran Comedor... ajam, que vivías al lado de la cabaña... pues no sé...
la cabaña es mía pero... ¡FIFÍ QUIETA QUE NOS MIRAN!
Tita y Fifí se quedaron muy rígidas, cada una sujetando una piedra
con una mano, sin moverse.
- Bah -dijo Zanky- lo mejor es no hacerle caso...
- No te muevas Fifí... que no nos han visto -decía Tita, sin
apenas mover los labios.
En ese momento Bobi se dio cuenta de la presencia de Ron y se
dirigió a toda prisa a hacerme un estropicio en la cara. Se abalanzó sobre él
sin que nadie pudiera impedirlo y comenzó a picotear y rasgar con sus uñas.
- ¡Pero qué bien cae Ron a los animalitos! todos quieren jugar con
él, ¿verdad que sí, Fifí?
- Juaaaa
- FIFÍ NI SE TE OCURRA, QUE ESTÁS EN UNA MISIÓN Y NO TE PUEDEN
VER.
- ¡ZÚ!
- Desde luego Fifí... cuánto tienes que aprender de mí aún,
empezando por la discreción. ¡Mira! Ya se van con Ron en brazos. Ahora verás
tú, a este hay que interrogarlo a fondo...
Tita tiró al suelo la piedra que llevaba en la mano y cogió a
Sirius del cuello, lo elevó unos centímetros y comenzó a interrogarlo.
- ¡TÚ! ¿Qué le has hecho a Zanky?
- Nada, nada Tita, sniiif.
- ¿Cómo sabes mi nombre? -Tita cayó en la cuenta de algo, bajó a
Sirius, por si acaso y preguntó-: ¿Nos conocemos? Tu cara me suena...
- Esto... sí, pero... yo...
- ¡Que te vuelva a ver rondándole a mi Zanky, que te dejo sin
cabeza!
Tita se giró hacia Bobi, que le estaba comentando algo, y cuando
volvió a girarse hacia Sirius éste ya se había transformado en un perro
salchicha.
- Oi, qué cosa más fea este chucho... ¿es tuyo? -preguntó a Bobi-
pues a ver si lo llevas al veterinario, que para mí que tiene los días
contados... Anda Fifí, vámonos, que tengo que depilarme.
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